29 agosto 2012

LA PEÑA DEL PIGAZIU

Cola cosa qu´ún d´estos díes d´atrás fue´l Descenso Folclórico del Nalón nel mio pueblu, rescato aquí dos fotografíes del recuerdu y pal recuerdu. Llamábemonos "EL PIGAZIU" y participemos nél en delles ocasiones. Ente otres, estos dos años.

1974. De izquierda a derecha
(De pie): Carlos, J.A. Gamonal, Fernando Gamonal (de colorao),Gonzalo Huerta, Falín, Robles II (de colorao)Tino y yo.
(Sentaos): Marisa, Fran, Benito, Isaac, Robles I y Mable.

1977. De derecha a izquierda
(De pie): Alipio, Isaac, Raimundo, Miguel, Estévez y Tino.
(Agachaos): yo, Gonzalo Huerta, Robles II, Falín, Robles I y Ramón.

30 julio 2012

SUENOS DEL FAR WEST






Póngovos aquí un artículu de Alfonso López Alfonso d´un viaxe que fixo pela tierra de los cunqueiros. Espero que vos preste. A mi emocionóme.


PEQUEÑAS RESISTENCIAS


Alfonso López Alfonso


Asomarnos al precipicio de lo vivido nos hace conscientes del vértigo del tiempo. Miramos atrás y, en algunos casos, cantamos, o intentamos cantar, lo que perdemos. El mundo rural asturiano lleva casi treinta años cayéndose a pedazos, hecho añicos, sin que a casi nadie le haya importado casi nada, sacrificado en aras de la modernidad. La modernidad está reventada, feneciendo a consecuencia de un infarto de miocardio producido por una sobredosis de speed del malo. La economía, en manos de cualquiera menos de los economistas, se ha convertido en una ciencia casi tan exacta como la crítica literaria, o mejor, se ha convertido en una ciencia exactamente tan exacta como la crítica literaria. Con este panorama, cada uno se refugia donde puede. No hace mucho me comentaba mi querido amigo Miguel Allende que él se conforma con que lo dejen en paz en su Canzana, perdido valle del Nalón arriba, con su pedazo de tierra, su vaca casina y sus trabajos del campo. “De aquí para adentro –me decía como señalando los límites de su caserío- libertad absoluta. Aquí no puede venir nadie a fastidiarme el día o tendremos guerra”. Lo que hace Miguel en Laviana me gustaría hacer a mí en este Moncóu que mira desde arriba el río Narcea: declarar mi propia y peculiar república libertaria e intentar aguantar el tirón. Existe una película de Adolfo Aristarain que abunda en esta idea: un profesor universitario al que obligan a jubilarse tiene que marcharse junto a su mujer, obligado por al presión económica, de Buenos Aires al campo. Se compra una chacra en alguna provincia y en ella establece sus propias reglas siguiendo un claro ideario: libertad, igualdad, fraternidad. Lugares comunes, creo que se titulaba.
Hay quien no se queda en la intención, sino que va más allá y se decide a llevar la teoría a la práctica, oponerse al vértigo del tiempo intentando que no se coma del todo aquellos modos de vida que se mantuvieron durante siglos y fueron últimamente devorados por la no siempre bien entendida modernidad. Hay algunos valles y montañas de los que rodean el mío por cuyo paisaje y paisanaje tengo especial predilección: fornelos, baloutos y cunqueiros son en general gentes a las que sus oficios ancestrales, esencialmente comerciales, les han inscrito en el código genético el gusto por la gente, de modo que suelen ser amables, de conversación agradable y distendida. Recuerdo que hace algunos años me interné por Guímara en el valle de Fornela (en el más extremado norte de León) y cuando llevaba media hora en el bar de Sebastián ya me sentía natural del país; en Balouta y Piornedo (Ancares leoneses y lucenses) visité pallozas y me senté a charlar amigablemente con quien me las mostraba; en este día de verano espanto la lasitud y desgana que produce el calor encaminándome a Degaña, ese lejano oeste de Asturias, concretamente al pueblo de Trabáu, uno de los cuatro tixileiros o cunqueiros, junto con el Corralín y los ibienses Il Bau y Astierna. Llevo pasando por esos pueblos desde que tengo uso de razón. Por la Montaña de Ibias, de Tormaleo a Torga, me moví mucho en la infancia por razones familiares, así que no me son ajenos ni Trabáu ni Astierna; al Corralín fui una vez en busca de unas yeguas perdidas y en Il Bau cargué más de un animal cuando mi padre andaba en el trato, pero han sido necesarios treinta y cinco años para darme cuenta de que, en realidad, bien poco era lo que sabía de los cunqueiros.
Rincón cunqueiru.
Dadme una palanca y moveré el mundo, pudo decir Arquímedes; dadme un libro y moveré mi propio mundo, digo yo con un poso de escepticismo. Pero lo cierto es que llego a Trabáu empujado por Suenos: Versos cunqueiros, un libro de Rosa Rodríguez Menéndez, que firma Rosa Cunqueira, supongo que con cierto orgullo e intención de reivindicación gremial. El libro tiene un prólogo de Roberto González-Quevedo, quien viene a confirmarnos que suceden los milagros: puede destaparse un poeta verdadero en un curso o taller. Rosa es esa verdadera poeta que sabe cantar los oficios y tradiciones de su tierra y también, como cualquier auténtico poeta, el entorno familiar y los pesares del alma para hacérnoslos llegar a todos, como demuestra en el hermoso poema “Cousas da vida”, que alcanza la esencia de lo que somos con estoicismo y humor: “Queremos lo que nun tenemos, / tenemos lo que podemos, / podemos cuando nos deixan / ya sinón aguantareimos”.
Vitorino col tornu
Rosa regenta en Trabáu la tienda de exposición y venta El Rincón Cunqueiro, justo al lado de la casa rural Quei Vitorino, y desde allí pueden las visitas salir en excursión -turismo de experiencias creo que le llaman- a conocer las abejas y su entorno. Uno llega allí, se enfunda un traje, una careta y unos guantes y puede abrir él mismo una colmena. Vitorino, un tipo natural que atesora esa llaneza que únicamente se pueden permitir los sabios, contestará amable y pormenorizadamente a todas las preguntas que se nos ocurran. Creo que actualmente él y su sobrino son los dos únicos artesanos del cuenco que hay en el valle. Él retomó el oficio después de que desaparecieran los últimos fabricantes de vajillas de madera o tixelas y ahora se esfuerza en tener relevo generacional. Es capaz de explicarte la historia de los suyos, cómo pasaban nueve meses al año fuera de casa viajando por Castilla, Extremadura, Andalucía o el País Vasco, vendiendo las fuentes, escudillas, artesas, platos y demás componentes de la vajilla que fabricaban con su torno, y también mantas, aceitunas, garbanzos o membrillo, propios de los lugares por donde pasaban y que ellos se encargaban de comercializar. Salían en invierno, y cuando la fecha se acercaba cantaban: “San Bartolo ya pasóu, / San Franciscu vai vinindu. / Vámunus indu, cunqueirus, / cunqueirus, vámunus indu”; Vitorino lo mismo puede explicarte esto que hablarte del tixileiro, el lenguaje gremial que los cunqueiros desarrollaron para entenderse entre ellos sin ser comprendidos por los demás en esos mercados y ferias de allende las montañas, una lengua gremial como otras, la de los cesteiros del Rebollar, por ejemplo, o los tejeros de Llanes; o puede también Vitorino ponerse al torno, manos a la obra, y fabricarte qué se yo, un azucarero. Pero no sólo eso, puede hablarte del Marqués de la Ensenada, de Fritz Krüguer, de Joseph Fernández y de todos aquellos que se hayan ocupado alguna vez del universo cunqueiro. Casi dan ganas de salir de allí cantando, como nos dice José Manuel Feito que hacían los tixileiros cuando se iban: “Adiós pueblo de Tablado / ¡cuándo te volveré a ver! / Cuando las hierbas del campo / vuelvan a florecer”.

Rincón cunqueiru.
Pueda uno o no volver al año siguiente, de lo que no le cabe duda es de que tradición y modernidad no son incompatibles, que alguien puede muy bien vivir en este mundo de acelerados mercados financieros conociendo aquello a lo que se dedicaron sus abuelos y tratando, en lo posible, de adaptarlo a su propia experiencia; en el caso de Vitorino y Rosa, tratando, sencillamente, de recuperarlo vertiendo en el viejo odre de la tradición un nuevo modo de vida de la mano del turismo y los servicios.
Me parece que con sentido común podemos aguantar esta gran depresión que nos asola material y mentalmente, siempre que no nos dejemos llevar tanto, tanto, tanto como hasta ahora y ofrezcamos una pequeña dosis de resistencia. Hay que resistir, cada uno en su rincón.


L´artículu na edición impresa:

26 julio 2012

VELEA. Camín de Cabu Norte.

De dalguna manera salió dende Xixón camín del norte, del últimu país, buscando´l llugar del olvidu, pensando que quiciás un sitiu nuevu borrare la memoria de too aquello que tanto-y dolía, anque sabiendo bien qu´eso yera imposible. Anduvo llargues xornaes per carreteres que-y paecieron infinites. Yera veranu y la lluz del día diba ganando-y el terrenu a la nueche a midida que subía, hasta que yá pudo ver el sol de la medianueche salir pente los montes nevaos al par del mar, esi yera´l llugar, un pueblín al pie d´un fiordu.
Entró nel únicu bar-restaurante qu´había a preguntar por dalgún sitiu ónde se quedar. Paeció-y qu´allí podría tar unos díes, un tiempu quiciás.
Una moza roxa que-y punxo la cerveza y que falaba bien l´inglés, mandólu pa la casa d´una muyerina viuda qu´alquilaba la parte d´enriba a los turistes. Yera´l sitiu perfectu. Un cuartu nuna típica casina de madera pintada de colorao, con un bañu y una cocinuca pequeña de gas pa preparar dalgo de comida si se diere´l casu, onde podía ver dende una ventana la entrada del mar ente aquellos montes impresionantes.Yera un llugar afayadizu.
Asina qu´allí-y fueron pasando los díes, les selmanes. Charraba cola dueña y tamién, si salía, cola xente del pueblu.
A toos-yos llamaba l'atención ver a aquel home solu nun llugar tan apartáu y, a xuiciu de cualquiera, tan estrañu pa él. A toos-yos contaba la so hestoria, l´accidente de la muyer, los díes de depués y la so decisión de colar, de dir onde´l dolor se fuere borrando nel recuerdu.
La única pega yera la lluz. Les primeres nueches trancó bien les contres y les cortines pa nun abusar del lorazepam que de toles maneres tenía que tomar igual pa rebaxar l´ansiedá y que tamién-y valía pa la velea que-y producía tanta claridá. Anque taba a gustu naquel sitiu, tuvo qu´aumentar la dosis a midida que pasaba´l tiempu.
Pasóse-y pela cabeza, inclusive, la remota idea de buscar un trabayu y quedase una temporada más llarga quiciás, pero empezó a atormentalu un pensamientu. Sabía que yera irracional, pero acongoxábalu nun saber si la so muyer podría tar per allí, nun llugar cercanu. Yera consciente de que taba muerta, pero dio-y por preguntar a tol mundu por ella. Describíala con tol detalle, anque, como yera natural, naide-y podía dar razón. Atormentábalu hasta tal puntu esti asuntu que yá nin ansiolíticos nin somníferos-y facíen efectu.
Dende que morriera la so muyer nun accidente de tráficu echóse a perder. Alcontrábase nun mundu nel que diba confundiendo vivos y muertos sin apenes dase cuenta y les allucinaciones fueron ganando sitiu a la realidá.
Fue desmeyorando de salú hasta tal puntu qu´un día atopáronlu medio muertu na calle unos mozos que lu acercaron hasta l´hospital.
Taba tan debilitáu que nun hubo nada qué facer.
- ¿Tendrá familia en Xixón? -preguntó´l médicu de Cabueñes-. La última pallabra que dixo fue: Geirangerfiord o dalgo asina. ¿Sabéis qué ye?
-Creo que ye un fiordu noruegu, si nun m´equivoco -dixo dalguién.

17 julio 2012

EL PRAU DE LA FIESTA

Camiseta de les Fiestes de 2011
En 1947 el cura de la parroquia d´Intrialgo en Llaviana, propunxo a los vecinos de Canzana facer una capiella nel llugar.
Naquella fecha naide podía dicir que non, pero tampoco´l pueblu dixo que sí. Paez ser qu´aquel cura nun sabía mui bien con quién trataba, o nun lo quería saber. Namás que fueron dexándolo correr añu tres añu hasta llegar al momentu actual, polo que´l mio pueblu sigue sin capiella nin santu pa cellebrar les fiestes.
Pero nin falta, porque se faen igual. Son les fiestes “A LA ALDEA DEL TÍU GORO”, que son esti fin de selmana. Si dalguién nun s´acuerda bien ye La aldea perdida de Palacio Valdés, Canzana ye´l pueblu de Demetria, ún de los dos personaxes centrales de la novela, y el tíu Goro´l so padre adoptivu.

Casa de Demetria n´actualidá.
Son de les poques fiestes paganes que conozo per aquí y ta recoyida nun estudiu que fixo Vicente Rodríguez Hevia (Vicente´l de Llatín, paisanu del nuestru conceyu) pa l´Academia de la Llingua hacia 2005 cuando yo andaba metíu na comisión de fiestes. Otra que se facía na aldea de Mardana (la del SAPU), yá va tiempu que nun se cellebra por cuenta de les dificultaes que tienen estos pueblinos con tan escasa población pa sacales alantre. En Canzana nun llegamos a los cien habitantes, pero tovía se sostienen a base del empeñu que-y ponen na comisión de fiestes.
Faise en “El Llosicu”, prau que tien la so hestoria, que vien yá de la II República.
Sabío ye qu´en Canzana había ún de los nucleos más importantes y activos de la resistencia antifranquista na Cuenca, hai que tener en cuenta que ta al par de les primeres mines qu´hubo en Llaviana, les de Coto Musel en Meruxalín, abiertes en 1876 y que fue un pueblu mineru mui comprometíu.
El casu ye qu´en tiempos de la República los vecinos compraron el prau pa facer nél una escuela.
Cola guerra civil y los años de depués, los herederos del primer dueñu robaron-ylu a los vecinos y quedáronse con él, hasta que yá al final del franquismu´l pueblu de Canzana lu reclama per vía xudicial. Fue un procesu llargu y costosu y que gracies al abogáu Emilio Barbón -que nun cobró nin una sola peseta en tol procesu y que punxo cuerpu y alma nesa xera- pudo´l pueblu facese otra vez colo que yera suyo.
Como yá había escuela nel llugar por aquelles feches, decidióse destinalu a una pista polideportiva con una caseta onde se poder reunir la xente, onde echar la partida, etc. Con dalguna ayuda d´instituciones públiques fixímoslo too (a mi yá me tocó esto último) a sestaferia.
Pa les fiestes ponse una carpa na pista. Nun hai nin procesión, nin misa, nin puya del ramu, pero arreglámosnos igual. El polideportivu ta mesmamente en “El Cantu”, a los cuatro vientos y pue vese bien clara la Peña Mea, esa especie de Narayama nuestru de la que Palacio Valdés dixo que paecía la silueta d´una diosa echada.
Son tres díes más el siguiente sábadu de baille de sociedá. Hai maratón de tute, corderaes, orquestes de les d´acordión, baille, sopes, gaita y tambor, etc. “Nun ta nada mal –como siempre diz un vecín- pa un pueblu ensin lluz”.
Canzana. (Foto de Ladio´l del Condáu).

06 julio 2012

LOST IN THE BLACK WEEK



Si vos perdéis pela (non pola -o tamién-) Selmana Negra y vos apetez pasar pela caseta de LA MARABUNTA, aquí tenéis el programa:


AGENDA DE "LA MARABUNTA". "Semana Negra 2012" (del 6 al 15 de julio)

> Viernes 6  (mañana): montaje Carpa Librería.

> Sábado 7
* Carpa de Encuentros "S/N"
21 h. Presentación de "Yo Muero hoy" de Olga Rodríguez
21:30 h a 22:15. Presentación de "Razones para la minería" de Willy Toledo
* Caseta La Marabunta.
19-20 h. Firma de Libros Olga Rodríguez
20-21 h. Firma de Libros Willy Toledo

> Domingo 8
* Carpa de Encuentros "S/N"
20:30 h. Presentación de la colección de novela Negra de "Garaje Ediciones"
* Caseta La Marabunta.
21:00 h. Firma de Libros Manuel Blanco Chivite

> Lunes 9.
* Caseta La Marabunta.
19 h. Presentación libro: "La custión nacional nel Estau Español" Andreu Nin. (FAN Asturies) Con Moisés Cima y Javier Cubero.
20 h. Presentación: "Territorio para el fuego" de Javier Cellino, con Miguel Allende

> Martes 10
* Caseta La Marabunta.
20 h. Presentación libro: "Ocupemos el Mundo", con Miguel Urban, Joseba Fernández y alguien del 15M Asturies

> Miércoles 11.
* Caseta La Marabunta.
20 h. Presentación libro.: "Del romanticismo al regionalismo: escritores carlista en la literatura asturiana". Javier Cubero. Presenta: David M. Rivas

> Jueves 12
* Caseta La Marabunta.
19 a 20 h. Firma de Libros Manuel Blanco Chivite
20 h. Charla sobre "El Caso Marea" (AVALL)

> Viernes 13.
* Caseta La Marabunta.
20 h. Presentación de "Querella Argentina contra el franquismo". "La Comuna" de Presxs y Represalidxs del Franquismo. Manuel Blanco Chivite y Boni Ortiz

> Sábado 14
* Caseta La Marabunta.
20h. Presentación del libro "De les coses del mundu" de Inaciu Llope, con Xabel Vegas

> Domingo 15. Recoger librería.

25 junio 2012

TERRITORIO PARA EL FUEGO


Javier García Cellino
 
INCERTIDUMBRE

Sé que el exacto vuelo
nunca alcanzaré.
Mas, a fin de cuentas,
atrapados los siglos,
vivir es caminar
por un territorio desconocido.

                    Disposición de la materia.
                                     Javier Gª Cellino

Toi avezáu a facer con frecuencia "alta traición" a la manera de José Emilio Pacheco. "No amo mi patria. Su fulgor abstracto es inasible". Nun soi patriota, nin patrioteru y creo, como Javier, qu´andamos mientres vivimos per un territoriu desconocíu. Ye la suerte la que me llevó a nacer y vivir nesta Cuenca que comparto con él. Creo tamién como J.E. Pacheco que paga la pena vivir nesti territoriu por unos pocos llugares, un ríu que nos une, el Nalón, y "cierta gente", xente como él. Escritor de noveles, de cuentos, articulista, pero sobre too y penrriba de too poeta. Poeta enorme, esencial.
Esti xueves 28 de xunu voi tar na presentación del so últimu llibru, Territorio para el fuego. Títulu mui acertáu dende´l mio modestu puntu de vista y qu´espresa munches de les coses que van a apaecer dientro.
Ganador de premios tan importantes como´l Premio Hispanoamericano de Poesía "Juan Ramón Jiménez", con Sonata para un abecedario (pa mi, ún de los meyores), el "Leonor" de Soria con Disposición de la materia (fundamental pa entender meyor esti últimu Territorio para el fuego), el Gerardo Diego por La ciudad deshabitada, y munchos etcéteres más, saca agora  unos poemes que-y quedaron en caxón cuando escribía Disposición de la materia, poemariu dividíu en delles partes, una titúlábase: Territorios. Esti ye l´orixe del llibru. A los poemes axúnta-yos tamién otros que van nesa mesma llinia (Detrás de las vísperas) y unos haykus preciosos (Los misterios de Eleusis):

(Primavera)

Ríen los parques.
En su tálamo blanco
corro de niños.

Con profundes raíces na filosofía decimonónica y del sieglu pasáu, Javier ye un poeta fundamentalmente materialista. Un materialismu filosóficu cercanu al de Vicente Aleixandre, porque bebe de les vanguardies de la poesía del sieglu XX: surrealismu, simbolismu, etc., y tamién y sobre too del esencialismu poéticu d´autores como José Ángel Valente o que restola nos límites de la poesía al mou de Gamoneda.
Pero creo que nesti llibru hai dalgo más, dalgo qu´apunta yá a esti s.XXI, que ye difícil de concretar en pallabres, pero que presentimos nos sos versos, na desnudez de los poemes. Trata los conceptos abstractos cola delicadeza, el rigor, y tamién col aciertu d´un buen artista plásticu.
Ye la so poesía una poesía aparentemente sencilla, con poques referencies, desnuda como digo. Aparentemente namás, porque lleída, meditada con tranquilidá vemos que nun falta nin sobra nin tan siquiera una coma. Hai munchu trabayu detrás de cada pallabra, de cada espresión, de cada símbolu. Relaciónaselu por too ello con una parte de la llamada poesía esperimental de fin de sieglu XX, concretamente cola "poesía del silencio".
La so llectura produz un efectu d´escultura perfecta con un resultáu d´obra intemporal al estilu de Chillida, con una fuerza enorme. Nesti poemariu ye´l roce de les pallabres el que fai esti efectu:

"Entre la niebla
el cuchillo y las gacelas comparten
           su fracaso."

Estos son los versos finales del poema Signos(1), qu´empieza col de "A la fugacidad de las heridas..." Principio y final d´un poema perfectu que nos fala de la vida, el amor, el tiempu y la muerte y que quiero comentar con él esti xueves porque creo que condensa y resume les característiques principales del llibru y d´una etapa mui importante de la so poesía onde hai una relación directa entre la pallabra y la piedra. Javier ye un escultor de la pallabra cola qu´estudia la exacta disposición de la materia. D´esos versos quiero falar, d´ellos y de munches otres coses podremos charrar con él.
Tengo l´orgullu  y la satisfacción, la gran suerte de compartir "territoriu" con Javier,  y tamién voi tener la de compartir la so poesía esti xueves.
Nacíu pa ser poeta, porque tien esi don de saca-y a les pallabres esa forma inorada y tapecida, de tanta guapura, que nosotros nin siquiera yéremos quien a imaxinar.

Acostumbro a hacer con frecuencia "alta traición" a la manera de José Emilio Pacheco. "No amo mi patria. Su fulgor abstracto es inasible". No soy patriota, ni patriotero y creo, como Javier, que andamos mientras vivimos por un territorio desconocido. Es la suerte la que me llevó a nacer y vivir en esta Cuenca que comparto con él. Creo también como J.E. Pacheco que merece la pena vivir en este territorio por unos pocos lugares, un río que nos une, el Nalón, y "cierta gente", gente como él. Escritor de novelas, de cuentos, articulista, pero sobre todo y por encima de todo poeta. Poeta enorme, esencial.
Este jueves 28 de junio voy a estar en la presentación de su último libro, Territorio para el fuego. Título muy acertado desde mi modesto parecer y que expresa muchas de las cosas que vamos a ver dentro.
Ganador de premios tan importantes como el Hispanoamericano de Poesía "Juan Ramón Jiménez", con Sonata para un abecedario (para mi, uno de los mejores), el "Leonor" de Soria con Disposición de la materia (fundamental para entender mejor este último Territorio para el fuego), el Gerardo Diego por La ciudad deshabitada, y muchos etcéteras más, saca ahora  unos poemas que le quedaron en el cajón cuando escribía Disposición de la materia, poemario dividido en varias partes, una se titulaba: Territorios. Este es el origen del libro. A los poemas les une también otros que van en esa misma línea (Detrás de las vísperas) y unos haykus preciosos (Los misterios de Eleusis):

(Primavera)

Ríen los parques.
En su tálamo blanco
corro de niños.

Con profundas raíces en la filosofía decimonónica y del siglo pasado, Javier es un poeta fundamentalmente materialista. Un materialismo filosófico cercano al de Vicente Aleixandre, porque bebe de las vanguardias de la poesía del siglo XX: surrealismo, simbolismo, etc., y también y sobre todo del esencialismo poético de autores como José Ángel Valente o que indaga en los límites de la poesía al modo de Gamoneda.
Pero creo que en este libro hay algo más, algo que apunta ya a este s.XXI, que es difícil de concretar en palabras, pero que presentimos en sus versos, en la desnudez de los poemas. Trata los conceptos abstractos con la delicadeza, el rigor, y también con el acierto de un buen artista plástico.
Su poesía es aparentemente sencilla, con pocas referencias, desnuda como digo. Aparentemente nada más, porque leída, meditada con tranquilidad vemos que no falta ni sobra tan siquiera una coma. Hay mucho trabajo detrás de cada palabra, de cada expresión, de cada símbolo. Se lo relaciona por todo ello con una parte de la llamada poesía experimental de fin de siglo XX, concretamente con la "poesía del silencio".
Su lectura produce un efecto de escultura perfecta con un resultado de obra intemporal al estilo de Chillida, con una fuerza enorme. En este poemario es el roce de las palabras el que hace este efecto:

"Entre la niebla
el cuchillo y las gacelas comparten
           su fracaso."

Estos son los versos finales del poema Signos(1), que empieza con el de "A la fugacidad de las heridas..." Principio y final de un poema perfecto que nos habla de la vida, el amor, el tiempo y la muerte y que quiero comentar con él este jueves porque creo que condensa y resume las características principales del libro y de una etapa muy importante de su poesía donde hay una relación directa entre la palabra y la piedra. Javier es un escultor de la palabra con la que estudia la exacta disposición de la materia. De esos versos quiero hablar, de ellos y de muchas otras cosas podremos charlar con él.
Tengo el orgullo y la satisfacción, la gran suerte de compartir “territorio" con Javier,  y también voy a tener la de compartir su poesía este jueves.
Nacido para ser poeta, porque tiene ese don de sacarle a las palabras esa forma ignorada y oculta, de tanta belleza, que nosotros ni siquiera podíamos imaginar.




07 junio 2012

MONCÓU

Braña de Moncóu. Cangas del Narcea.
"Dónde están tus amigos de infancia, adónde se han ido a jugar y por qué te han dejado solo".              
                                                       (Paisaje triste, páx. 102) de El tiempo baldío.
                                                                                         Alfonso López Alfonso

Yo tamién soi de Moncóu, un pueblín preciosu de Cangas del Narcea. Nací allí, pero nin siquiera lo sospechaba.
Un tratante de ganáu del llugar ye protagonista na película Grupo Salvaje de Sam Peckinpah, pero eso sólo lo sabía Alfonso López Alfonso. Tampoco sabíemos naide que´l gran xugador de los New York Giants, Willie Mays nun-y pudo firmar un autógrafu a aquel guaje que se llamaba Paul Auster al salir del estadiu de béisbol de Moncóu, nin siquiera imaxinábemos que nesa aldea de Cangas se xugare al béisbol.
Estes y munches otres coses, esplícanosles Alfonso cola claridá que da la intelixencia y la llucidez qu´esparrama nel so últimu llibru, El tiempo baldío. Un tiempu de semeya, de fotografía en blanco y negro que se va tornando n´amariello.
Alfonso López Alfonso.
En dalguna ocasión nel pasáu, quiciás pude resolve-y a Alfonso (polo menos intentélo) dalguna de les preguntes d´esti conxuntu de relatos que sorrayé a la entrada (¿ónde fueron los mios amigos?- creo sentilu ente los cedros y les secuoyes de la Fundación Docente de Mineros Asturianos, preguntándome mirando p´arriba ). Vilu crecer físicamente dende que yera un guajín de pocos años. Siempre ye agradable ver cómo un alumnu tuyu cambia, y na madurez del so rostru somos a ver tovía´l nenu que fue depués de dexar el sarampión de la infancia y l´acné de l´adolescencia. Agora tócame velu medrar nel so buen oficiu d´escritor. Ye prestoso ver cómo se va tornando nel amigu que charra contigo y te pue dar buenos conseyos. Ye tou un placer descubrir quién somos de la so mano, o polo menos ver cómo somos en dalgunes facetes de la vida que nin siquiera sospechábemos, de la mano d´una prosa clara y poética como ye la d´esti últimu Alfonso. Agora soi yo´l que mira p´arriba.
Moncóu podría ser Llaviana, la mio Pola de Llaviana, y tamién cualquier otru llugar nel mundu. Un mundu que va desapaeciendo sin que nos demos cuenta, que nos dexa solos sin saber ónde ta esi mundu, lo que representa esi mundu y los sos personaxes, los nuestros amigos y vecinos. "Olvidé las palabras -soy tan culpable como el que más- con las que mi abuelo y mi madre saboreaban el mundo: teixera, l.leirón, poula, l.lavaza, formigueiro, l.lugar, pruida, padana. Y no sé si podré recuperarlas." páx. 26.
Sólo los buenos escritores son quien a tresformar el so pueblu nel nuestru, nel de toos.
Moncóu podría ser Llaviana, y tamién el Comala de Juan Preciado. Como Juan Rulfo, Alfonso asítiase unes veces nesa frontera de lo real y irreal, mezcla de verosimilitú y ficción a traviés de persones cercanes, parientes, vecinos. Otres ye un periodista que trabaya la hestoria que cuenta namás (y nada menos). Siempre hai un estudiu de les costumes de los habitantes de la aldea, esto ye, nunca fai una simple descripción d´ellos, sinón que profundiza nel so facer, el porqué del so facer, cómo se manexen eses persones/personaxes nel mundu. Un mundu del que tamién él ye protagonista en primera persona.
Ye un llibru señaldosu, profundamente señaldosu. Alfonso llámalo "nostalgias suroccidentales" nes pallabres que me pon na so dedicatoria. ¡Bendita nostalgia, bendita morriña, bendita señaldá! ¿Qué sería de nosotros, qué sería del mundu sin nun hubiere escritores como Alfonso que toquen la tecla de la señaldá, la qu´abre de par en par la música del recuerdu? ¿Qué sería de nosotros sin memoria, perdíos ente les páxines del olvidu? Hai nestos relatos una señaldá a la que nun podemos renunciar, una señaldá imprescindible pa la vida.
Acaba´l llibru con un cuentu de Navidá: "Otra vez la nieve". Ye esta vez un cuentu preciosu nel que la ficción se confunde cola realidá y el deséu y que, como nun podía ser d´otra manera nél, acaba bien, con esperanza. Hai dalgo de film de la gloriosa época norteamericana de Hollywood, del blanco y negro y, si él me lo permite, de Frank Capra.
De la mano de Alfonso López Alfonso, caminante solitariu y pensativu al estilu del meyor Julio Llamazares, cine, poesía, lliteratura, arte, filosofía -buena filosofía- entemécense en tol llibru demostrando que lo universal ta y pue tar no más apartao: esi rincón tan guapu del mundu al que toos pertenecemos y que se llama Moncóu.